ARCANO 23 EL LABRADOR DEL TAROT EGIPCIO » El arte de sembrar y cosechar»
El Labrador: El Silencioso Poder de la Carta 23 del Tarot Egipcio
Cuando pensamos en el Tarot Egipcio, nuestra mente suele viajar a imágenes grandiosas: faraones en tronos dorados, sacerdotes, sacerdotisas desvelando misterios bajo el ojo de Horus, o esfinges guardando secretos eternos. Pero hoy quiero que nos detengamos en un rincón menos transitado de esta maravillosa baraja, en una carta que no grita ni deslumbra, sino que murmura sabiduría desde la tierra: el arcano menor 23, «El Labrador». ¿Alguna vez te has preguntado qué hace un hombre sencillo, arando un campo con sus bueyes, entre símbolos de poder y divinidad? Yo sí. Y después de años leyendo las cartas, puedo decirte que este labrador tiene más que enseñarnos de lo que su humildad aparenta. En un mundo obsesionado con resultados rápidos, esta carta olvidada nos trae un mensaje poderoso sobre el arte de sembrar, esperar y cosechar –no solo en la tierra, sino en nuestras propias vidas. Acompáñame a descubrir por qué «El Labrador» merece un lugar de luz en el tarot egipcio.
Trabajando con el Tarot Egipcio, puedo afirmar que cada carta de esta baraja es un portal hacia la comprensión de la vida y el alma humana. Hoy quiero adentrarme en el significado de la carta 23 de los Arcanos Menores, conocida como «El Labrador». Esta carta, cargada de simbolismo ancestral, nos habla del esfuerzo, la paciencia y la recompensa que surge del trabajo consciente. Si alguna vez ha aparecido en tu tirada, prepárate para descubrir cómo su energía puede guiarte hacia la realización personal.
Simbología de «El Labrador»
El Tarot Egipcio, con sus raíces en una tradición esotérica que combina la sabiduría del Antiguo Egipto con elementos cabalísticos y astrológicos, divide sus cartas en tres planos: espiritual, mental y físico. En «El Labrador», estos niveles se despliegan de manera clara y poderosa.
Plano Espiritual (Superior): En la parte superior de la carta, encontramos la letra hebrea «Tav» (ת), la última del alfabeto, que simboliza la culminación, la perfección y el cierre de un ciclo. Junto a ella, un fondo azul profundo nos conecta con la ilusión, la verdad eterna y el mundo inmaterial. También aparece un símbolo egipcio que representa el hogar, vivienda y granja un refugio que nos recuerda la importancia de construir una base sólida en nuestra vida espiritual. En el arco protector, una grulla o cigueña , evocando el ascenso del alma, la lealtad y la prosperidad que llega tras superar las dificultades. y para finalizar tambien tenemos la letra del alfabeto celeste ALEF. Agrippa, en su filosofía, veía al hombre como un microcosmos que refleja el macrocosmos. «Alef» en «El Labrador» reforzaría esta idea: el labrador, al trabajar la tierra, estaría alineando su voluntad humana con las leyes celestiales, un concepto central en De Occulta Philosophia.
Plano Mental (medio): Aquí, la figura central es el labrador, un hombre sencillo pero determinado, guiando un arado tirado por bueyes. Esta imagen es la esencia de la carta: el trabajo constante, la dedicación y la conexión con la tierra. Los bueyes, símbolos de fuerza y sacrificio, nos enseñan que nada valioso se logra sin esfuerzo. El acto de arar la tierra representa la preparación del terreno –literal y metafóricamente– para que las semillas de nuestros sueños puedan germinar.
Plano Físico (Inferior): En este plano, vemos dos brazos extendidos hacia arriba, un símbolo asociado al dios Atón, el disco solar que bendice y protege. Este detalle nos habla de la fuerza vital que sostiene nuestro trabajo y de las bendiciones que recibimos cuando actuamos con intención y propósito.
En la base de la carta podemos ver que esta asociada al planeta Mercurio, la carta 23 vibra con la inteligencia práctica, la comunicación y la adaptabilidad. Su número, el 23, se reduce a 5 (2+3), un número que en la numerología esotérica representa el cambio, la libertad y la experiencia adquirida a través del esfuerzo.
El Axioma Trascendente
Cada arcano del Tarot Egipcio viene acompañado de un axioma que destila su sabiduría. Para «El Labrador», este es: “Muela mi molino harina para mí y harina para mi vecino”. Esta frase encierra una verdad universal: el trabajo bien hecho no solo te beneficia a ti, sino que también eleva a quienes te rodean. Es un recordatorio de que la generosidad y la colaboración son parte del camino hacia la autorrealización.
Consejos desde la Experiencia
En mis años como tarotista, he visto cómo «El Labrador» resuena con aquellos que están dispuestos a arremangarse y poner manos a la obra. Si esta carta aparece en tu tirada, te invito a preguntarte: ¿Qué estoy sembrando hoy? ¿Mis esfuerzos están alineados con mis verdaderos deseos? No temas pedir ayuda si la necesitas, pues la grulla en la carta nos recuerda que el ascenso espiritual y material a menudo llega con el apoyo de otros. Sé constante, pero también flexible como Mercurio; adapta tus métodos si el terreno cambia. y «Tav» te asegura que tus esfuerzos están sellados con éxito y que pronto verás los resultados. Es un recordatorio de perseverar, porque estás en el camino correcto.
Conclusión
«El Labrador» es mucho más que una carta sobre trabajo físico; es un espejo del alma que nos enseña que la verdadera abundancia nace de la armonía entre esfuerzo, intención y paciencia. En el Tarot Egipcio, nos conecta con la sabiduría de una civilización que entendía el valor de cultivar la tierra y el espíritu. Así que, la próxima vez que esta carta cruce tu camino, recuerda: eres el labrador de tu propia vida. Siembra con amor, trabaja con fe y cosecharás lo que mereces.
Te mando un abrazo
Eva Gonzalez ASTROEVA
@tarot.con.eva